como conservar las legumbres

Las legumbres son una excelente fuente de energía, hidratos de carbono, proteínas, minerales y fibra. Por este motivo se recomienda consumir más de tres raciones de legumbre por semana aunque desde un punto de vista nutricional lo mejor es alternar entre los distintos tipos de legumbre.

Las legumbres secas y verdes se conservan de forma muy diferente. Las legumbres secas más consumidas en España son la lenteja, judía, garbanzo, guisante seco y altramuz. Las legumbres verdes más utilizadas son las habas tiernas, judías verdes y tirabeques.

Conservar legumbres secas. Garbanzo, lenteja y judía.

¿Dónde?. Lo ideal es mantener las legumbres en un recipientes hermético de cristal o metal, en un lugar seco y fresco, alejado de la luz  solar.

¿Cuánto tiempo se conservan?. Las legumbres secas empaquetadas  no deben conservarse durante más de 10 meses después de abierto el paquete, a partir del sexto mes pueden empezar a perder calidad. Las legumbres compradas a granel no aguantan más tiempo.

¿Por qué se puede estropear?. Un entorno demasiado húmedo o seco puede alterar las propiedades de la legumbre (textura, color o sabor) e incluso propiciar el crecimiento de microbios.

Una vez cocidas, las legumbres pueden durar hasta 5 días en el refrigerador dentro de un recipiente hermético. También pueden congelarse en  el propio líquido de cocción o escurridas, durante unos cuatro meses. En este caso conviene no cocerlas del todo porque la temperatura de congelación tiende a ablandar la legumbre.

Conservar Legumbres verdes. Judía verde, Habas y Tirabeques

En el frigorífico. Las legumbres verdes deben conservarse en la nevera porque se trata de un alimento delicado que se deteriora con facilidad.

Pocos días. En la nevera pueden conservarse durante cuatro días como máximo aunque lo ideal es consumirlas antes para disfrutar de todas sus propiedades.

Congelación. Para que la legumbre fresca no pierda calidad durante la congelación podemos escaldarla durante un par de minutos (sumergirlas en agua hirviendo). De este modo conseguimos desactivar unos enzimas vegetales que producen cambios en su textura y color.