a que hora se debe comer

En el centro y norte de Europa se come entre las doce y la una del mediodía. En España y otras zonas del Mediterráneo mucho más tarde, entre las dos y las tres y media de la tarde. ¿Por qué esa diferencia?. ¿A qué hora es mejor y por qué?. ¿Es realmente importante  para la salud?.

¿Por qué la mayoría de países europeos comen antes?. En el norte y centro de Europa los días son más cortos en invierno y las noches más frías. Comer pronto permite cenar más temprano y acostarse antes. Simplemente se trata de distribuir mejor las comidas a lo largo del día.

A qué hora si queremos estar más sanos

La ventaja de comer pronto. Si comemos pronto las comidas son más ligeras porque no “acumulamos” la sensación de hambre a lo largo del día.

El inconveniente de comer tarde. Al tener más hambre la comida suele ser más abundante. El resultado es un mayor nivel de glucosa en sangre. Se incrementa la secreción de insulina, facilitando la síntesis de grasa en el organismo y favoreciendo el aumento de peso.

El problema es que no siempre podemos elegir. Los horarios de trabajo, las costumbres y el entorno social nos marca muchas veces los tiempos.

La solución es hacer muchas comidas al día pero  ligeras, procurando además tomar alimentos sanos. De este modo llegaremos a la hora de comer sin hambre “acumulada”. Alimentos sanos puede ser tortas de cereales, frutos secos o piezas de fruta, fáciles de llevar encima. Conviene evitar la bollería industrial y los refrescos porque engordan y apenas alimentan. Es importante matizar que comer muchas veces al día no significa hacerlo de forma desordenada y caótica, tal y como explicamos a continuación.

Organizar un horario de comidas

A la hora de la verdad lo importante no es cuándo sino cómo. Se puede tener una dieta saludable y equilibrada comiendo a las once de la mañana o a las tres de la tarde.  Lo importante es tener unas horas “previstas” y procurar seguir estas pautas día tras día.

Comer de forma desordenada repercute en el organismo porque nuestras células están programadas como relojes biológicos para realizar sus funciones. Necesitan nutrientes para alimentarse y se sincronizan con el cerebro. Parece natural establecer una organización en las comidas del día para que nuestro organismo funcione mejor.

También para prevenir la obesidad. Porque tener una rutina y unas pautas nos permite saber y comparar lo que hemos comido cada día. Si comemos de forma caótica perdemos el control de las cantidades ingeridas, facilitando un aumento del peso.

Organizado pero flexible. Tampoco es necesario obsesionarse con comer a las mismas horas y del mismo modo todos los día. Un día podemos comer más en el desayuno y menos a mediodía; o comer más tarde de  lo habitual si las circunstancias lo exigen. Lo importante es tener una referencia que nos permita saber las cantidades que tomamos y los momentos del día que deberíamos comer.