alimentacion para la fibromialgia

La fibromialgia es una dolencia crónica mucho más frecuente en mujeres que en hombres, unas diez veces más. Presenta distintos síntomas siendo los más comunes una sensación de fatiga y un dolor muscular sin causa aparente. El dolor suele ser más intenso por las mañanas y centrado en algunos puntos “más vulnerables” de los músculos,  frecuentemente en piernas, brazos, muslos, músculos de la espalda, pecho y hombros. La enfermedad afecta sobretodo a mujeres entre los 20 y los 40 años.

Los síntomas de fibromialgia pueden venir acompañados de problemas digestivos, trastornos del sueño, dolores de cabeza, intolerancia a determinados alimentos, ansiedad y dificultad de concentración. Por lo general se trata de un trastorno crónico que puede remitir durante largos periodos de tiempo.

Causas de la fibromialgia

Todavía no se conocen bien las causas que provocan la fibromialgia pero se cree que hay un conjunto de factores que pueden propiciar el inicio de un brote de esta enfermedad. Muchos de estos factores están relacionados con la alimentación y otras circunstancias ambientales. Su influencia puede variar de persona a persona, los principales son:

  • Intolerancias alimentarias
  • Hipersensibilidad del intestino
  • Estrés
  • Infecciones
  • Desequilibrios del sistema inmunológico
  • Presencia de parásitos
  • Insuficiente depuración del organismo
  • Dieta baja en nutrientes
  • Deficiencia de magnesio

Esta deficiencia de magnesio se ha detectado en muchos pacientes de fibromialgia. El magnesio interviene en la transmisión de los impulsos nerviosos del organismo y colabora en la contracción de los músculos. También se ha detectado niveles bajos de seretonina en muchos de ellos. Este compuesto ejerce una función destacada en el control del dolor y en la comunicación entre las células nerviosas. Por último señalar que un exceso de toxinas también suele detectarse en pacientes de este tipo de enfermedades reumáticas.

Alimentos a favorecer

En general se debe favorecer el consumo de frutas, verduras, pescados azules, cereales sin gluten (arroz, quinoaalforfón) y frutos secos. La gran mayoría de estos alimentos son nutritivos, no desestabilizan el sistema inmunológico y son bien asimilados por la mayoría de las personas.

Consumir semillas de lino, pescado graso y nueces. Estos alimentos son ricos en omega 3, o bien favorecen su síntesis en el organismo. El ácido graso omega 3 tiene un efecto antiinflamatorio que se considera eficaz para prevenir los periodos de activación de las enfermedades reumáticas.  Al mismo tiempo se recomienda reducir el consumo de omega 6 presente en el aceite de girasol y de maíz, así como en multitud de alimentos procesados.

Las verduras más consumidas deberían ser el brócoli, la lechuga, las coles de bruselas y las algas. Estos vegetales son ricos en magnesio ayudando al buen funcionamiento del sistema muscular y nervioso.

Condimentos reconocidos por sus propiedades antiinflamatorias y beneficiosas para el sistema inmunológico como la cúrcuma y el jengibre.

Alimentos enriquecidos con probióticos. Los probióticos favorecen el equilibrio de la flora intestinal y un mejor aprovechamiento de los nutrientes que ingerimos.

Alimentos a evitar

Azúcar y harinas refinadas. Este tipo de alimentos aporta muy pocos nutrientes y tiene un índice glucémico demasiado alto

Exceso de sal, aditivos y grasas saturadas. Estos compuestos suelen sobrecargar el sistema digestivo y producir desequilibrios en el sistema inmunológico.

Alimentos comúnmente causantes de intolerancia alimentaria como los lácteos y el trigo. Otros alimentos causantes de intolerancia pueden depender de la persona en cuestión. Una posibilidad es hacerse una prueba de intolerancia alimentaria o eliminar temporalmente alguno de los alimentos que se toman diariamente, para comprobar si se experimenta alguna mejoría.

Otros alimentos a evitar. Bebidas gaseosas, alcohol, cafeína y otros excitantes.